viernes, 3 de febrero de 2012

Soluciones contables mágicas y “descrédito” de la empresa a largo plazo...

En mi periplo laboral por diversas Pymes, habiendo incluso desempeñado en alguna de las mismas funciones “directivas” aunque fuese por un breve periodo de tiempo, Pymes generalmente lastradas por dificultades de tesorería y ciertas incapacidades de gestión, no he podido sino contemplar con espanto hasta que punto algunas de las mismas llevaban sus contabilidades sobre estrictos criterios pro-forma para cumplir con sus obligaciones fiscales lo estrictamente indispensable, así como para afrontar ad hoc dificultades de tesorería, generalmente agravadas con el pago de dichas obligaciones fiscales y más concretamente por las liquidaciones trimestrales de I.V.A. ...

Asimismo, los balances de dichas empresas parecían lastradas por pasivos con una extraña vocación de carácter permanente en los mismos...

Análisis del primer circulo pernicioso en el recurso a las soluciones contables de carácter “mágico” : El “hinchar” facturas o las facturas recibidas sin contraprestación real...

Facturas hinchadas con la connivencia de un proveedor, o “emitidas” sino incluso adquiridas a sabiendas de que su importe nunca será saldado, con el objetivo de incrementar las cuentas de I.V.A. soportado o de percibir mayores créditos y/o subvenciones, PIPE o por adquisición de inmovilizado, al ser generalmente objeto de la subvención un % determinado de dichos gastos o inmovilizaciones. En el caso de los créditos bancarios, generalmente con la connivencia de la omisión de acción consciente de la entidad bancaria, al bastar con una llamada a un proveedor de un inmovilizado de características técnicas equivalentes al adquirido por nuestro empresario “mago” (o con unas ideas muy erróneas sobre el verdadero significado del concepto de “ingeniería financiera”) para constatar la diferencia entre el valor de mercado de la inmovilización y aquel por el que se solicita el crédito...

Si bien a corto plazo nuestro empresario disfrutará de una menor merma de su tesorería al tributar por I.V.A. un importe menor del que debiera, o podrá contar en sus arcas con mayores recursos (además del goce y disfrute de una inmovilización adicional), lamentablemente a medio y largo plazo, devengará unos intereses mayores y su empresa tendrá unos pasivos crediticios mayores que aquellos que en circunstancias normales hubiera debido de afrontar, mermando aún más su fondo de maniobra (asumimos que la actuación mágica vino provocada por una insuficiencia de tesorería a corto plazo, primer síntoma de problemas en el fondo de maniobra de la empresa). Por otra parte, al pagar a vencimiento por el valor de mercado del bien / servicio o inmovilización, quedará en el pasivo del balance de nuestro empresario “mago” un saldo cuya vocación es la de no ser saldado jamás, per secula seculorum... mermando ciertamente pro-forma su fondo de maniobra... Lamentablemente los analistas de riesgos tanto del sector bancario como del sector asegurador de créditos, carecen de las habilidades telepáticas necesarias (confiando supongo en que los balances de las empresas han de reflejar la “imagen fiel” de las mismas) para distinguir que pasivos son reales y cuales meramente ficticios, por lo que a la larga (ya que unos primeros éxitos en el recurso a las “soluciones mágicas” suelen acarrear la reincidencia en las mismas...) la capacidad de crédito de la empresa no puede verse sino mermada, incitando a los proveedores escrupulosos a reducir sus plazos de crédito hacia la misma, o incluso a solicitar pagos al contado, apuntillando definitivamente la tesorería de la empresa y su fondo de maniobra, cuya merma primigenia originó el recurso a la solución de carácter “mágico”.

Otro “pecadillo” habitual como es el de ciertos gastos suntuarios, pongamos por ejemplo, vehículos de representación de gama alta y gran cilindrada, si bien su adquisición no está desprovista de virtudes contrastadas como la de reforzar el Ego del empresario (generalmente frente a sus propios técnicos), incrementar el activo de la empresa así como sus amortizaciones (como mayor gasto fiscalmente deducible) y minorar el I.V.A. a ingresar en el erario público en la liquidación de al menos un trimestre, en empresas no boyantes de tesorería (como es generalmente el caso de las PYMES de nuestro entorno más cercano), las adquisición de los mismos suele realizarse mediante la asunción de créditos y/o diversas modalidades de arrendamiento financiero (rentings o leasings), cuya amortización o pagos periódicos incrementan el nivel de gastos o desembolsos corrientes de la empresa en mayor medida de lo que hubiese sido en el caso de haber adquirido un vehículo de gama media que cumpliera con la misma funcionalidad, con un menor quebranto de las disponibilidades corrientes de tesorería, y lógicamente, mermando en menor medida la capacidad de crédito de la empresa, y no incurriendo como sugiere el título del presente análisis : en su des-crédito.

Lamentablemente, resulta complejo que el pequeño empresario individual de nuestro entorno, habituado a pasarle a su departamento contable cuantas cuentas de gastos justifique su libre albedrío y cuanta pantagruélica comilona justifique únicamente su prodigalidad como último aval de su ego y su apetito para su inclusión en el grupo de gastos 629 “Publicidad propaganda y relaciones públicas”, llegue a desarrollar comportamientos propios de “la buena ama de casa” vigilante de los gastos corrientes ante posibles imprevistos y eventualidades, al hallarse sumido en cierta “esquizofrenia” provocada por la confusión entre su patrimonio personal y el de la empresa, que tal vez sea objeto de otro “artículo”.

P.S. No revelaré nombres de empresarios ni empresas fuentes de inspiración del presente artículo, salvo en último recurso, bajo tortura. Asimismo señalaré que el autor del presente fue en su día pre-seleccionado para su posible ingreso en el cuerpo de auditores de la U.E. (Categoría AD5), y hubiese tenido la malsana intención de velar por el correcto uso de los fondos comunitarios ahí donde sean empleados, entretanto sí que ha integrado la bolsa de trabajo de asistentes financieros de las instituciones europeas.

Felix da Housecat, Sinnerman 
http://www.youtube.com/watch?v=0hcEiEyylEA

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